Sobre mediados del mes de septiembre, dependiendo de las características climatológicas de cada año comenzamos la vendimia de las distintas parcelas. Esto nos lleva entre 3 y 4 semanas ya que cada viñedo debido a  sus peculiaridades alcanza su plena maduración en distintos momentos pese a la relativa cercanía entre ellos.

Los rendimientos que obtenemos de cada una nuestras viejas cepas son muy pequeños (1,5-2 Kg), pero por el contrario de una excelente calidad organoléptica que se mostrara posteriormente en sus vinos

La vendimia, como el resto de tareas del campo es manual. Se inicia muy temprano con los primeros rayos del sol, en cajitas de unos 12 kilos con el objetivo de que la uva llegue en perfecto estado a la bodega y lo más fría posible, evitando así posibles fermentaciones indeseadas. 

Una vez en la bodega, se realizara una nueva selección de cada uno de los racimos y posteriormente procederá a su encubado en los distintos tipos de depósitos (barro, roble, acero inoxidable).

A partir de aquí, empieza el maravilloso mundo de la fermentación alcohólica que mediante las levaduras autóctonas propias de nuestras uvas transformarán el mosto en nuestros vinos, que no tienen otro objetivo que el de representar fielmente en cada copa  su fantástico y personal origen, la zona del Valle del Alberche.